¿Cuánto riesgo deberías tomar? una respuesta racional
Ya hemos comentado en post anteriores como en este y al principio de este que existe una relación entre el riesgo de una inversión y su rentabilidad esperada. Pero ¿Cuánto riesgo deberías tomar?
Mientras mayor es el riesgo mayor debería ser la rentabilidad esperada. Si no fuera así, bajo una perspectiva de las finanzas tradicionales nadie invertiría en esos activos porque somos aversos al riesgo.
O sea, para invertir en activos riesgosos exigimos una compensación. Y esa compensación es una rentabilidad mayor.
Sin embargo, tal vez no sea una buena idea que inviertas todo en los activos más riesgosos que encuentres para tener la mayor rentabilidad esperada posible.
¿Cuánto riesgo deberías tomar? Vamos a intentar responder a esa pregunta con un sustento sólido.
tu propia realidad
Un portafolio de inversión que es adecuado para una persona, no es necesariamente adecuado para otra. El perfil de riesgo del portafolio de inversiones de cada inversionista depende de sus realidades particulares.
Si bien este artículo se enfoca en el riesgo, no es posible separar de esta discusión tus objetivos de rentabilidad. Yo sé que todos queremos tener la mayor rentabilidad posible, pero es necesario hacer la distinción de la rentabilidad que realmente necesitas para cumplir tus objetivos críticos de la rentabilidad que te gustaría tener. Son 2 cosas distintas.
La rentabilidad que necesitas puede ser el número requerido para financiar la educación universitaria de tus hijos por ejemplo. Y la rentabilidad que te gustaría puede ser el número necesario para poder viajar por el mundo.
Hemos comentado en varios artículos la relación entre el riesgo y el retorno esperado de una inversión. A todos nos gustaría tener una gran rentabilidad con un riesgo bajo, pero eso no cuadra.
También debes definir tus objetivos de riesgo.
Por el lado del riesgo vamos a tener que inspeccionar dos cosas: cuál es tu capacidad para tomar riesgo y cuál es tu disposición para tomar riesgo. La combinación de ambas es lo que llamamos tolerancia al riesgo.
Capacidad para tomar riesgo
Cuando hablamos de tu capacidad para tomar riesgo estamos hablando de la capacidad de tu portafolio de inversión para sufrir pérdidas sin poner en peligro tus objetivos.
Dicho de otra forma, nos referimos a cuánta volatilidad puede experimentar tu portafolio y aún así lograr solventar lo que quieres fondear con esos ahorros.
En la capacidad para tomar riesgo influye el tamaño de los gastos que tendrás que solventar en comparación con el tamaño de tu portafolio de inversión. Y también influye significativamente tu horizonte de inversión.
Si la inversión que estás realizando será para pagar gastos en muchos años más (ej: jubilación), mayor será tu capacidad para tomar riesgo.
Y si el gasto que necesitas solventar con esos ahorros es pequeño en comparación con el tamaño total de tus inversiones, mayor será el riesgo que puedes tomar.
Por ejemplo, si el único gasto que tienes en el corto plazo es pagar el pie de un departamento por $1.000.000 y tu portafolio de inversión es de $700.000.000, puedes tomar más riesgo que si tu portafolio de inversión fuera de $1.000.000. En este segundo caso, si tu inversión tiene una pérdida no vas a poder cumplir con tu requerimiento de liquidez de 1 millón para el pie.
Otro factor que también vale la pena considerar es la importancia de tus objetivos. Mientras más importante es cumplir tu objetivo menor capacidad de riesgo tienes. Y viceversa. Objetivos como mantener tu calidad de vida o proveerle comida ,un techo y educación a tus seres querido probablemente sean clasificados como objetivos críticos. Por otro lado, un viaje de vacaciones o comprar un artículo de lujo pueden ser considerados objetivos secundarios.
DIsposición para tomar riesgo
La disposición para tomar riesgos es subjetiva y depende de tu perfil psicológico. Es distinto que la capacidad para tomar riesgo.
A diferencia de la capacidad para tomar riesgo, tu disponibilidad es más difícil de evaluar. A veces decimos que queremos tomar riesgos pero nuestras acciones demuestran lo contrario, al ser reacios a invertir en activos con un mayor riesgo y mayor retorno esperado.
Qué pasa cuando la capacidad y disposición para tomar riesgo difieren
Cuando la capacidad y disposición para tomar riesgo están alineadas, la definición de tu tolerancia al riesgo es fácil.
El problema es cuando tienes una gran capacidad para tomar riesgo pero no tienes disposición para ello. En ese es necesario tomar una resolución y podría deberse a una falta de educación financiera. Lo que podría pasar si eres más conservador de lo que tu capacidad permite es que dejes rentabilidad esperada encima de la mesa. Pero bueno, la última palabra la tiene el inversionista.
Si tu capacidad para tomar riesgo es baja pero tienes mucha disposición para tomar riesgo, tu capacidad para tomar riesgo tiene que mandar. Sino podrías tener serios riesgos de no cumplir con tus objetivos.
En la práctica, ¿qué hago?
Teniendo en consideración tus objetivos y tu tolerancia al riesgo existen metodologías matemáticas que intentan optimizar la decisión de dónde invertir.
Sin embargo, para aquellos que no se quieran complicar más las cosas existen algunas reglas y heurísticas simples generalmente aceptadas.
- Se debe evitar tener un exceso de caja. La caja no retorna nada (o casi nada). Esto se conoce como Cash Drag. Un saldo en caja que sea suficiente para cubrir entre 3 y 6 meses de gastos de vida se considera aceptable.
- A pesar del punto 1, se debe tener suficiente caja para poder cumplir con las necesidades de liquidez que se tengan en el corto plazo.
- No debes ignorar la casa en la que vives en caso que sea de tu propiedad. Si la casa o departamento en el que vives es tuyo, por mucho que no se considere parte de tu portafolio no se debe ignorar. Si el valor de esa propiedad es sustancial, en caso que inviertas en más propiedades podrías concentrar demasiado tu patrimonio en ese tipo de activos.
- Para el inversionista promedio un portafolio 60/40 es adecuado. Donde 60% se invierte en activos que se aprecian en el tiempo (como acciones) y el 40% en activos que generan ingresos pero que no tienden a apreciarse en el largo plazo (como bonos). Luego, inversionistas con una mayor o menor tolerancia al riesgo pueden aumentar o disminuir el porcentaje invertido en activos del tipo de las acciones.
- A veces se usa una regla simplificada para estimar cuánto deberías invertir en acciones dependiendo de tu edad. Esta regla es 120 menos tu edad (antes se usaba 100 pero ahora se ha tendido a usar 120). O sea, si tengo 30 años la exposición en acciones sería 120 – 30 = 90%, y el 10% en inversiones tipo bonos. Esta regla es una simplificación y no se deben dejar de lado otros factores que sean relevantes.
Toma riesgo, pero riesgo inteligente
Existe una relación riesgo – retorno pero eso no implica que siempre que tomemos riesgo estaremos tomando un mayor retorno esperado.
Toma riesgo, pero riesgo inteligente. Y no un riesgo tonto.
Existe un universo de alternativas de inversión, cada una con su riesgo y con su retorno esperado. Sin embargo, abundan decisiones financieras que involucran un tremendo riesgo y que tienen un retorno esperado paupérrimo o incluso negativo. A este tipo de riesgo le llamo riesgo tonto. Es un riesgo que no se justifica y que una persona racional nunca tomaría.
Un muy buen ejemplo de un riesgo tonto es el casino. Apostarle al rojo en la ruleta es extremadamente riesgoso, pero ese riesgo no viene compensado por un buen retorno esperado. O sea, no te dan un premio por ese riesgo.
El retorno esperado de apostarle al rojo en una ruleta americana es de -5,3%. Estás tomando un tremendo riesgo que además tiene una rentabilidad esperada negativa por cada jugada. Esta inversión es irracional.
Es cierto que el que no se arriesga no cruza el río. Pero lo que está al otro lado del río tiene que valer la pena. Si el retorno esperado no es lo suficientemente bueno, entonces no vale la pena arriesgarse a cruzarlo.
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